Ser mejor…

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Llevo algunos dias en conflicto con mis introyectos (mandatos), especialmente con los que tengo como madre.

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En foros y páginas a las que pertenezco, aunque ya me dí de baja de la mayoría, veo como las madres juzgan, critican, y hasta maltratan a aquellas madres que piensan o actúan diferente.

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Aquellas madres que rechazan los golpes, castigos y ridiculización hacia los niños las veo castigando a otras madres, haciéndolas sentir mal, ridiculizándolas, haciéndolas sentir que no pertenecen al selecto “club” de la crianza con apego.

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Las veo conductistas con otras madres (y consigo mismas), aplicando ese conductismo que tanto critican en la crianza.

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Yo, en estos últimos años he conocido madres con un hermoso vínculo con sus hijos, a pesar de haberlos dejado llorar para dormir, a pesar de no haber amamantado al 100%, a pesar de haberlos tenido por cesárea electiva, a pesar de usar de vez en cuando, o más, el conductismo.

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Y es que hasta hace poco pensaba que si yo hubiera empezado la crianza con apego antes, o si mi esposo me hubiera apoyado en ella, mis hijos serían mejores niños hoy.

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Me veo condicional, me veo deseando que mis hijos, mi esposo, y tantas otras personas a mi alrededor sean mejor personas de lo que son, personas distintas a las que son, quitándoles afecto, de alguna manera maltratándolos, por no cumplir mis expectativas.

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Me veo tambien deseando ser una persona distinta a la que soy, dedicada a cumplir expectativas propias y ajenas y maltratándome psicológicamente por no cumplirlas.

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Y creo que eso no me permite quererme, quererme incondicionalmente.

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¿Porqué, si desde hace tanto que tengo claro que el haber sido “buena niña” me quitó más de lo que me dio, en autoestima, en seguridad, en confianza, en autenticidad, sigo insitiendo en ser una “buena” madre, esposa, hija, hermana, amiga, vecina, etc. ?

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¿Acaso las personas que eligen actuar distinto, por las razones que sean, son necesariamente malas/ignorantes/tontas?… ¿Son menos? ¿son inferiores?

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Ahora trato de ver a las pesonas y situaciones sin juicios.

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  • Porque no conozco la motivación detrás de su actuar.
  • Porque en algunas ocasiones el no hacer “lo correcto” puede ser lo mejor para el vínculo.
  • Porque muchas de ellas tienen mejor vínculo del que yo tengo, están más felices, gozan de los detalles, y eso es lo que sus hijos aprenden.

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Me pregunto:

  • ¿que aprende un niño de una madre frustrada, amargada, que no logra ser tan “buena” como quisiera?
  • ¿qué aprende un niño de una madre que juzga como “malo” casi todo lo que ve fuera del núcleo familiar
  • ¿qué aprende un niño de aquella madre que tilda a su vecina de ignorante/egoísta/perezosa porque le da a su hijo biberón en vez de teta?

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Es una utopía criar niños libres. Difícil, casi imposible.

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Porque ellos en su infancia nos imitan, intentan ser parecidos a nosotros, aunque les digamos que sean libres de pensar lo que ellos crean. En la adolescencia, posiblemente se nos opongan y esto tampoco es libertad.

. Elegir lo opuesto, por ser opuesto, sin preguntarme lo que realmente quiero, no es libertad.

Quizás, quizás en la adultez puedan elegir libremente una camino diferente al nuestro y también diferente a su opuesto, y, si es realmente lo que quieren, entonces serán libres.

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Y, veo entre quienes me rodean esa necesidad de ser desde la oposición a una tendencia. Me he visto tambien en ese lugar antireligiosa, apolítica, antipatriarcal, antiestivill, anticonsumista. Dando poder a aquello que se oponen, y siendo en el fondo lo mismo.

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Porque si no puedo elegir, de corazón, lo que es mejor para mi aquí y ahora, ni soy libre ni soy auténtica.

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Si debo caber entre las etiquetas o anti-etiquetas con las que me definí, no soy libre, soy esclava de un nuevo autoritarismo o del autoritarismo del anti-autoritarismo. Y todo esto ¿para qué? Para ser mejores, o que nuestros hijos sean mejores.

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Y, ¿qué es ser mejores? ¿no están nuestros “ser mejores” llenos de mandatos, creencias, egos?

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Hoy veo estos “ser mejores” como una no aceptación de nuestra esencia… Para mi es una excusa para desconectarnos de nosotros mismos…. Una excusa para poner la energía en el futuro en lugar de en el presente…

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Y, sobre todo, una excusa para no querernos.

9 Responses

  1. Sofıa L D'Karaman
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    Quienes te conocemos, a pesar de la distancía, sabemos que eres una mujer maravillosa y queremos estar contigo en este camino. Sempre a tu lado, un abarzo.

  2. Creo que para amar tienes que aprender a amarte; para esto necesitas conocerte, comunicarte contigo mismo. El título de tu entrada es “Ser mejor”, y el que lo dice debe tener un propósito: ser mejor ¿para qué?

    Me pregunto: ¿quiero ser mejor padre para tener mejores hijos? Yo podría querer ser mejor padre para ser mejor persona… A mis hijos los puedo criar con mis mejores intenciones de que sean personitas de bien, que ayuden a sus semejantes; pero para eso tengo que ser mejor persona primero, y entender que ellos están en un camino de perfeccionamiento diferente al mío, y permitirles que sean lo que deseen…

    Un mal padre, a veces, puede enseñar mucho más a un niño sobre el cariño que uno bueno; un padre frustrado, a veces, puede ser el modelo para su hijo de seguir adelante a pesar de las dificultades. Hay una precondición, y es la que señalas: la libertad del niño. Ser libre significa que se puede elegir entre varias opciones, y que se hace responsablemente.

    Aquí también entra el concepto de autonomía, que es regirse a sí mismo; no implica libertad pero si se hace con libertad es mejor. ¿Queremos ser padres de hijos libres y autónomos? Entonces respetemos sus momentos, sus decisiones, y que si quieren imitarnos, pues que lo hagan: volvemos a que entre mejores personas seamos, mejor modelo a imitar.

    Ahora, pues si yo, adulto responsable, quiero ser mejor persona ¿a quién debo “imitar” para ser mejor? A nadie, ya no necesito ver modelos a seguir; puedo leer mucho de filosofía, religión, ética, literatura, pedagogía, etc., pero finalmente sólo debo escuchar esa vocecita que siempre tiene algo que decirme en mi interior. Algunos le llaman conciencia, ángel de la guarda, guía espiritual, dios, etc., pero yo considero que esa voz soy yo mismo, con todo mi aprendizaje.

    Y entonces para escucharla tengo que saber que existe en mí, por lo tanto debo conocerme, dejar de pensar tanto y empezar a sentirme dentro de mí: lo que perciben mis sentidos físicos de mí y mi entorno, pero también escuchar y ver mis emociones y mis sentimientos, permitir que mi corazón me hable, y escucharlo… Me parece importante decir que emoción y sentimiento se vuelven pensamiento, pero debemos dejar de pensar tanto y actuar lo que dice el corazón de manera reflexiva, es decir, no hacer lo que las emociones negativas nos proponen, aunque sí los sentimientos…

    Y tan pronto comprendo que en mí actúo yo únicamente (no estoy en contra de los ángeles, guías, santos, vírgenes, dioses y todos los seres que puedan actuar en favor de las personas, porque sé que son parte de nosotros y somos parte de ellos) en ese momento me vuelvo libre y autónomo, y actúo con justicia, equidad y fraternidad, ya que entiendo lo importante que soy y, por lo tanto, lo importante que son todos nuestros semejantes. Ahí nace el amor propio y es la única manera para amar, para dar, para ser mejor persona.;)

    • aprenderaquererme
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      Muchas gracias John por tu comentario. Coincido en gran parte. La parte de mi “conflicto” con el “Ser Mejor” la explico más a fondo en el enlace de Mi experiencia en Gestalt. http://aprenderaquererme.wordpress.com/aprender-a-quererme/ Históricamente para mi el “Ser Mejor” ha sido un autoritarismo autoimpuesto y mi ser mejor ahora es contactarme conmigo misma, atender mis necesidades, y a partir de ahí, quizás, puedo ser mejor “hacia afuera”, teniendo en cuenta que es desde mi esencia, desde mi autenticidad y no desde mandatos ni externos ni internos.

      • Hola… ya había leído ese, no lo comenté po’que tal vez no estoy tan de acuerdo con el punto de vista de que no somos nuestras máscaras (tú lo expresas como mandatos o personajes); pero precisamente creo que somos lo que representamos, y si bien por debajo hay “otro” ser (el verdadero), negar lo que ponemos para protegernos del mundo, o para aparentarle al mundo algo que no somos es, precisamente, lo que somos (un conjunto de máscaras)… Tenemos que ver nuestras máscaras para descubrir qué ocultamos, y nos encontraremos a partir de nuestros miedos; las máscaras no son para botarlas, sino para unificarlas… nuestros “personajes falsos” no deben desaparecer sino unirse, integrarse, todos al verdadero yo… y yo considero que en tan corto tiempo como lo da nuestra vida no lo lograremos, así que tendremos más oportunidades de integrar todos nuestros yoes enmascarados! 😉

        Esto lo dice, de otra manera, el Baghavad Gita, allí el dios ordena al héroe “matar” a todos sus familiares del bando contrario; la clave de esos pasajes es tomar a los familiares como máscaras o personajes de cada persona, y el matar por integrar… Parece truculento, pero considero que un dios no dice que está bien “matar” a nadie, tendríamos que pensar como orientales donde la “muerte” NO es la muerte tal como la “conocemos” en este lado del mundo… jejeje! 😛

        • aprenderaquererme
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          Yo creo que una cosa son nuestras máscaras, o nuestros personajes y otra cosa son los mandatos. Nuestras máscaras y nuestros personajes estoy de acuerdo que integrarlos nos da más herramientas para actuar que “desapareciéndolas”. Y, si, me cuesta mucho trabajo ver el “para qué” de muchos de mis personajes como “la tímida”, “la apática”, “la que sigue la corriente”. Y, ese ha sido mi proceso en los últimos meses, reconciliarme con esos personajes, que sigo siendo, que son parte de mí, que me siguen sieno útiles.
          Por otro lado los mandatos es aquello que “debería ser”, aquello que en mi imaginación me haría una “mejor persona”. Y a mi, hoy, esos mandatos me limitan y no me permiten conectarme con mi esencia. A partir de ellos, me creo expectativas y me “doy palo” por no cumplirlas. Hoy no me sirve la creencia de no ser “suficientemente buena”.
          Por otro lado he experimentado la teoría paradójica del cambio”. Cuando he aceptado apectos míos que negaba, o con los que entaba en conflicto, o escondía, o luchaba por superar, cuando pude verlos de otra manera, como herramientas o como una opción más para elegir de las infinitas que me da la vida, entonces sí hubo cambios en mí, cambios importantes. Entonce SI pude “ser mejor” porque desde la autenticidad puedo o no elegir actuar o no desde ese aspecto, con libertad, no desde un “deber”.
          Un abrazo!

  3. presentemente
    | Reply

    Tan cierto, tan reflejada… Gracias, lo mejor que he leído en mucho tiempo.

  4. […] de saber de nuestro autismo yo ya cuestionaba (incluso en este blog) el conductismo como forma de crianza, porque a mí como autista no hay nada que me aleje más de el hacer una tarea y hacerla bien que […]

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