Estrellas

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Cada niño es una estrella. Tienen de cielo y de infierno. Ese infierno, ese caos interior, es fuente de energía es justamente aquello que los hace bellos. Sin infierno interior una estrella no brillaría, no tendría la belleza y luz que vemos en la noche oscura.

Queremos que nuestros niños sean estrellas y apagamos su fuego interior, sin darnos cuenta que al hacerlo, limitamos su capacidad de brillar.

Y tambien somos niños y queremos brillar como estrellas. Negando nuestro infierno interior, ¿tendremos la energía para brillar?

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2 Responses

  1. Me parece importante que todos vean que en su propio ser hay un centro de energía, un sol interno (el plexo solar), que tiene la capacidad de brindar la vitalidad para realizar todas nuestras acciones; es el comienzo de la voluntad, que combinada con la fe, lleva al niño y al hombre a lograr los objetivos que haya en su corazón! 🙂

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