¿Mamá Tradicional? No Puedo Serlo…

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Por algún motivo no logro dejar de escribir desde la indignación. Y sigo necesitando escribir en oposición al conductismo tan persistente en nuestra sociedad. Conductismo reconocido no solo como las pautas de crianza recomendadas para “hacer de los niños seres humanos valiosos para la sociedad.” (Como si no lo fueran por el simple hecho de existir) sino como “LA terapia contra el autismo”.

El afecto es una necesidad básica del ser humano. Ya lo he escrito antes  Y no es suficiente que los padres sepan que aman a sus hijos. Es necesario que los niños se sientan amados por sus padres. Si esto no pasa, no es culpa de los niños el no sentirse amados. No es culpa de un niño no sentirse amado cuando no percibe el afecto de los padres, así los padres crean que el niño debería sentirlo y expresar agradecimiento por recibir lo básico en comida, vivienda y educación. Muchos padres esperan ese agradecimiento así no jueguen con sus hijos, así no se les muestren interés por lo que sienten o por lo que ocurre en su vida.  Esperan que sus críticas constantes, regaños y castigos, muchas veces ni siquiera acompañados de estímulos positivos, sean interpretados por sus hijos como señales de amor. Y puede que muchos niños, sedientos de afecto y a falta de alternativas, lleguen a considerar eso amor y vivan en permanente función de recibir gestos de aprobación de sus padres y evitar reprimendas. Por esto que se cree culturalmente correcto, muchos niños viven con la creencia de que deben complacer, muchas veces, sin cuestionar, incluso hasta lo que son meros caprichos de sus padres, con el objetivo de merecer afecto. Para gran parte de esta sociedad el afecto no es una necesidad básica, es un estímulo positivo que se debe ganar, no una necesidad.

Contrario a lo que se cree por estas pautas de crianza socialmente aceptadas, los estudios científicos son claros en demostrar que los seres humanos tienen mayor probabilidad de caer en comportamientos antisociales si no reciben un trato afectuoso de sus padres. Los estudios científicos muestran que la mayor parte de la población carcelaria son personas que tuvieron ya sea padres  autoritarios o indiferentes.  De ahí lo irónico de los comentarios y memes en redes sociales diciendo que gracias a la correa o la chancleta generaciones completas se convirtieron en “personas de bien”.  Esto simplemente no es verdad y al menos 20 años de estudios científicos serios lo demuestran.
Sé que esas personas aman a sus hijos. Sé que esas personas creen que lo hacen “por su propio bien”. Sé que esas personas creen estar educando y no creen estar maltratando. Sé que esas personas temen que si no corrigen a cualquier costo a sus hijos estos serán delincuentes o les irá mal en la vida. Los estudios demuestran una y otra vez que están equivocados. Y claro, una y otra vez se oye, a mí me pegaron, me disciplinaron y estoy bien, me hizo la persona responsable/exitosa/de bien que soy. Y no, no están tan bien si necesitan maltratar a un menor de edad y negar décadas de estudios científicos para justificar el maltrato recibido. Pienso con ironía: Sii, claaaaro que estás muuuuy bien, crees que tienes que usar la violencia para ejercer poder sobre un ser humano de una fracción de tu tamaño. Siii, claaaro, estás muuuuy bien si necesitas hacer que un niño tenga miedo a ser rechazado por los adultos a cambio de su bienestar para probar “quien manda”. Creo yo que hay una enorme inseguridad oculta tras un adulto que crea que debe castigar a un niño ya sea físicamente o con desprecio para ser obedecido.

Por eso considero inaceptable que los psicólogos recomienden técnicas de disciplina física o retirada de afecto o rechazo al niño para conseguir cambios en el comportamiento de ese niño.  Cuando recomiendan eso están diciendo una  OPINIÓN o están anteponiendo la comodidad de los adultos al bienestar del niño. Están pidiendo a unos padres que mantengan o adopten pautas de crianza que no están apoyadas por estudios científicos a largo plazo. O están pidiendo que adopten pautas de crianza basadas en opiniones o estudios limitados a estudiar un cambio comportamental a corto plazo y no una calidad de vida a largo plazo.  Probablemente están tratando de justificar a sus propios padres o lo que hacen con sus propios hijos al no tener suficientes recursos emocionales para criar con compasión y poniendo límites asertivamente. Están tan “perdidos” por sus creencias culturales que no pueden ver la diferencia entre poner límites y maltratar o rechazar a un ser humano. Están tan “perdidos” que no pueden ver la diferencia entre atender necesidades emocionales y el ser permisivo.

Si, con seguridad hay estudios científicos que indiquen que el conductismo cambie comportamientos específicos a corto o mediano plazo. Y esto puede ser utiles en situaciones muy puntuales que, por ejemplo, se esté poniendo en riesgo la vida. Sé que es un hecho que el ser humano evita las situaciones que les causen dolor o incomodidad física o emocional. No lo niego. Esto no significa que solo con conductismo los seres humanos se conviertan en personas más responsables o que tengan un mejor futuro (independientemente de lo que esto signifique).  La verdad es que una persona que dada su crianza requiera el conductismo una y otra vez para ser “mejor ser humano” no va a serlo nunca por sí mismo, siempre requerirá motivación de afuera. Quizás por eso se escudan en la religión como algo necesario para que las personas tengan un comportamiento moral. Y no puedan creer que alguien sea moral sin ser religioso.

Y hasta ahora ningún psicólogo conductista me ha mostrado estudios que me desmientan mis teorías. Tampoco han tenido la empatía de interesarse por mi posición. Esperan que yo crea sumisamente su opinión porque ellos, la supuesta autoridad en el tema, me lo recomiendan. Asumen ignorancia y miedo en mi forma de criar y no se molestan en conocer mis razones. De parte de este tipo de psicólogos he recibido un trato condescendiente. Estos psicólogos están tan obsesionados con el comportamiento que incluso recomiendan conductismo para tratar las crisis autistas diciendo que al tener la misma  “sintomatología” (para usar sus palabras propias del paradigma de la patología) de otros “problemas de comportamiento” se deben tratar de la misma manera. Y no son iguales. Están tratando de cambiar una situación tan incontrolable como una crisis epiléptica a punta de castigos lo cual simplemente no funciona ni a corto ni a largo plazo. Y cuando les hablo de investigar las causas del comportamiento, ningunean mi comentario diciendo que no crean en la psicología de diván. Y no escuchan cuando digo que me refiero a causas sensoriales. Tan poco saben de autismo… Tan poco saben comunicarse con empatía… Tan poco les interesa escuchar… 
Y me da rabia que incluso digan estas cosas nombrando el cerebro, corteza pre frontal, amígdala, como si supieran de lo que hablan. Los libros de Margot Sunderland y Daniel Siegel explican bien estos mecanismos cerebrales y como NO es provocando miedo que se superan. Al contrario. No se puede superar un miedo intenso con más miedo. Creo que es por eso que hay tantos autistas con estrés post-traumático.
No creo posible desarmar una respuesta de la amígdala con miedo.  El cerebro cuando está bajo los efectos del cortisol no crea nuevas conexiones neuronales. No aprende, sólo reacciona. Si hay cooperación por miedo no hay una racionalización de la situación y muy probablemente eviten ser vistos en el mal comportamiento. Cuando se busca extinguir comportamientos con conductismo se está ignorando gran parte de la información de la situación. Se está creyendo que la persona actúa desde el afán de manipular o de hacer daño. Aún si así fuera, ¿qué está detrás de ese comportamiento? Rara vez es simple capricho. Criar o atender niños, neurodivergentes o no, debería requerir de una regla básica PRESUMIR COMPETENCIA. Las personas no se portan mal porque sí. La rebeldía no es gratis. Las personas, neurodivergentes o no, no son proyectos de construcción que debamos convertir en “algo mejor”. Y es posible trabajar con los niños para que ellos mismos nos ayuden a entender que no está fluyendo y propongan alternativas de atención a sus necesidades en lugar de imponerles consecuencias. No es fácil. No es cómodo. Es contracultural. Y también prepara para el futuro. No genera rebeldia. Y hasta se forman alianzas valiosas.

Bibliografía:

https://hdf600.wikispaces.com/Parenting+Styles+and+Delinquency

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3447048/

http://www.livesinthebalance.org/research

https://www.childwelfare.gov/pubPDFs/brain_development.pdf

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