Se usa conductismo cuando se usan ciertas “estrategias” para cambiar/controlar comportamientos. Se usa conductismo, por ejemplo cuando hay premios y cuando hay castigos. La sociedad es conductista, en la crianza, en la escuela, en las leyes, en la mayoría de religiones. Tenemos el conductismo naturalizado, si me “porto bien” me pasan cosas buenas, si me “porto mal” me pasan cosas malas, dice la teoría. Supuestamente así aprendemos a ser “buenas personas” y por eso es tan difícil cuestionarlo. Es algo que nos han hecho “por nuestro propio bien”, para que seamos ciudadanos “útiles”. ¿No?
Pero ¿Qué es un “buen comportamiento”? ¿Qué pasa si no nos castigan por mal comportamiento siendo menores de edad? En teoría no aprenderíamos a distinguir el bien del mal. Creo que no lo sabemos porque hay muy pocas personas no expuestas al conductismo en nuestra sociedad. Además ese bien y mal es relativo, es impuesto desde afuera. Y desde el conductismo rara vez explica por qué es mejor un comportamiento que otro. Busca obediencia por encima de bienestar. Como madre me he dado cuenta que cuando una persona, más aún si es alguien con menos acceso a lenguaje como lo es una persona menor de edad o discapacitada, tiene un mal comportamiento es porque no encuentra una manera efectiva de transmitir su malestar, sus necesidades no satisfechas incluyendo afecto y reconocimiento. ¿Qué logramos con que el conductismo cambie ese «mal comportamiento»? ¿Hemos generado bienestar? ¿Hemos satisfecho necesidades? No, hemos callado, escondido el malestar, hemos dejado el mensaje que no importan las necesidades de la persona sino que nos complazca. El conductismo funciona, la pregunta es a qué costo. Y para una persona autista la puede dejar muy vulnerable a abusos. Quizás sea por la literalidad que tenemos, si a un menor autista le dicen “si no haces esto” pasará “esto otro” (no te querré, te echaréa la calle, nadie te querrá) por un lado si por algún motivo, digamos función ejecutiva, no puede hacerlo se sentirá sentenciado a esa consecuencia aunque no sea real, por otro puede obedecer a algo que en realidad no es por su bien sino un abuso. Digamos que no se maneja con aversivos sino con refuerzos, un “si haces algo incómodo para ti” (abrazar, mirar a los ojos, comer/hacer algo sensorialmente desagradable) te demuestro afecto, te premio, te manipulo con aquello que sí amas hacer, te estoy enseñando que tu cuerpo no te pertenece y que es válido que hagas algo contra ti mismo a cambio de afecto, por ejemplo. Hacer esto continuamente puede volver a una persona vulnerable a abusos, a hacer cosas que le son incómodas/dolorosas/dañinas a cambio de aceptación o afecto.
Entonces, ¿Qué se puede hacer en lugar de castigar el «mal comportamiento»? Se busca su origen (sobrecarga, frustración, malestar), se ofrecen alternativas, se explica por qué es «malo», se revisa si es en efecto es «malo» o si es que no se entiende como se espera se comporte en una situación específica. Creo que los seres humanos siempre damos lo mejor de nosotros mismos en las condiciones adecuadas. Y el origen de un comportamiento es mucho más complejo que estímulos y respuestas.

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