#SoyDisca
Elijo la palabra DISCAPACIDAD como IDENTIDAD, en honor a la comunidad que me acogió y me dio herramientas para aceptarme.
Como comunidad somos personas discapacitadas por la sociedad, más nuestros obstáculos no son únicamente por la sociedad.
Yo no tengo capacidades diferentes, soy humana, habilidades diferentes tienen todas las personas, unas son buenas en matemáticas, otras para bailar, otras para escribir, etc. En cambio NO es una capacidad diferente tener visión doble, es una discapacidad.
Frases así se convierten muy fácilmente en eufemismos para hablar de discapacidad. Eufemismos que además no responsabilizan a la sociedad de la discapacitación que ejerce sobre nosotros. Casi que invitan a darnos una palmadita en la espalda y seguir de largo sin brindar accesos.
Hablar de discapacidad ES una conversación incómoda porque implica que vayas más allá de las palabras suavizantes y eufemismos y TE REVISES tu rol en la discapacitación de distintos grupos.
Y es una revisión que ojalá todos hiciéramos pues todos somos capacitistas en mayor o menor medida.
En los colectivos en los que trabajo, elegimos muy conscientes la palabra DISCAPACIDAD. Las alternativas que nos han querido ofrecer y hasta imponer no son afines a como percibimos la discapacidad en nuestro día a día, ni en nuestra naturaleza, ni en nuestra relación con el mundo. Habrá a quien les sirva, habrá a quien no. Habrá a quien hoy sí y mañana no.
A mí no me sirven esas palabras.
No me sirven palabras que borran a personas y comunidades que llevan décadas de lucha de justicia en discapacidad o justicia anti-capacitista.
No me sirven palabras que se limitan a hacernos ver “menos otros” en lugar de luchar por los derechos de todos los “otros”.
No me sirven palabras cuya lucha, si es que la hay, se limita a la forma de hablar, a lo estético y superficial.
A mí me gusta más el reclamar y apropiar la palabra. Me sirve usar su poder, su energía que incomoda para visibilizar la falta de accesos y confrontar a las personas en sus actitudes capacitistas.
Para denunciar el capacitismo no es ni cercanamente suficiente tratarnos con palabras “amables” o delicadas. Es necesario unirse activamente a una lucha por que se respeten nuestros derechos y se nos brinde accesos para participar en sociedad plenamente.
@aprenderaquererme
Abajo a la izquierda el logo de Aprender a Quererme]
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