Esta es una pregunta que me hacen con frecuencia y es una pregunta difícil de responder.
Una parte es fácil de responder en realidad: No necesitamos ninguna terapia, intervención, medicamento, tratamientos PARA EL AUTISMO. Alguna vez le dije a una psiquiatra: “Soy Autista pero no vengo a hablar de mi autismo, sino de algunas cosas en las que quizás sí me puede ayudar”.
Es más, que me ofrezcan una intervención “para el autismo” para mí es una señal inequívoca de que esa intervención va a hacer daño por no entender de autismo y/o las personas autistas.
Alternativas de terapia.
Pero las personas autistas, como cualquier ser humano y quizás algo más, sí necesitamos durante algunas épocas de nuestra vida distintas terapias o intervenciones, pero van a depender de las barreras que enfrentamos como personas en una etapa u otra de nuestra vida:
- Podemos necesitar terapia de lenguaje si nos cuesta hablar, para que nos enseñen alternativas al habla oral
- Podemos necesitar quien nos ayude a trabajar con nuestra apraxia, para ir tomando el control de nuestro cuerpo y, por ejemplo, poder deletrear para comunicarnos
- Podemos necesitar terapia ocupacional donde nos ayuden con las barreras que enfrentamos para el desarrollo de habilidades, cosa que en el caso de autistas suele requerir ayudarnos a entender nuestro perfil sensorial y trabajar desde él (sin intentar cambiarlo)
- Podemos necesitar asesoría sobre nuestros derechos y sobre cómo actuar cuando las personas nos discriminan desde el capacitismo, así sea una figura de autoridad
- Podemos necesitar apoyo en salud mental cuando tenemos co-ocurrencias frecuentes (debido al entorno) de episodios de ansiedad, depresión, etc.
- Probablemente sea la familia y la comunidad quienes necesiten formación y asesoría para entender las diferencias de sus retoños
Características a buscar en el terapeuta:
- Revisa cuáles barreras enfrenta la persona autista en su día a día y trabaja derribar esas barreras desde afuera
- Tiene un acercamiento a éstas barreras desde la curiosidad, la individualidad y no desde creencias fijas y casi dogmáticas sobre lo que “debe ser/saber/hacer” un ser humano en esa etapa de su vida y a futuro
- Tiene en cuenta si la persona autista tiene alguna co-ocurrencia como dislexia, dispraxia, TDAH, depresión, ansiedad, o condiciones médicas, etc. que se manejan con el profesional especialista en dichos temas y trabaja COMO EQUIPO con dichos profesionales
- La terapia tiene en cuenta al entorno y busca que el esfuerzo sea compartido y no un esfuerzo o carga para la persona autista exclusivamente
- Contempla la Justicia por la Discapacidad o POR LO MENOS la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad y la interseccionalidad
- Entiende la diferencia entre autonomía e independencia y prioriza la autonomía por encima de la independencia
- Tiene en cuenta que los humanos somos seres interdependientes como especie y trabaja en la construcción de redes de apoyo
- Tiene en cuenta que la persona autista es un ser humano completo, con características y personalidad propia, y es mucho más que comportamientos a modificar
- Considera que la persona entiende/sabe más de lo que puede expresar
- Trabaja más desde las fortalezas de la persona que desde lo que se supone debe “superar”, sin restar por ello importancia a las barreras que enfrenta
- Tiene en cuenta que el comportamiento es comunicación e investiga a profundidad (esto es, no se limita a encasillar en una categoría la función de un comportamiento) para modificar el entorno y para generar bienestar
- NO busca una (sobre) adaptación o desensibilización ni sensorial ni emocional
- Reconoce que las personas autistas NO SON inferiores a las personas neurotípicas sino que nos tocó un entorno muy pegado a las características de una mayoría que no nos comprende: LA NEURONORMA
- Tiene formación en autismo más allá de lo visto en su carrera (que suele ser una materia o un tema de una) o se interesa en actualizarse y revisarse frecuentemente su saber en el tema incluyendo perspectivas de autismo en primera persona
- Cuando la experiencia de la persona autista no coincide con su creencia sobre la persona autista está dispuesta a escuchar activamente, aceptar y aprender en lugar de hacer “luz de gas”
- Revisa su capacitismo y no tiene posturas de “salvador privilegiado”
- Va más allá de las palabras y símbolos en su revisión, es decir no solo usa las palabras y símbolos del movimiento de la neurodiversidad sino que es activamente anti-capacitista
- Se asesora –y les paga lo justo por su labor emocional– a personas autistas adultas para entender la perspectiva autista y no quedarse apegado a los sesgos neurotípicos
- No toma como propios conceptos y reflexiones tomados de la Comunidad Autista y no lucra de nuestra labor emocional sin darnos crédito
Estas son solo algunas de las características que me hubiera gustado encontrar en mis experiencias terapéuticas tanto como autista y como madre de jóvenes neurodivergentes. Es muy difícil encontrar profesionales que incluso estén actualizados sobre autismo desde perspectivas neurocientíficas (es decir cómo funciona nuestra cognición y sistema nervioso, a veces hay mucho estafador poniendo prefijos “neuro” a su título sin conocimientos científicos de neurociencia) y que además de eso tenga una actitud humana, de justicia social y con la humildad de querer aprender. Si soy sincera, no me ayudaron casi nada los “expertos” en autismo —algunos incluso nos hicieron mucho daño— Valoro en cambio a los terapeutas que me pudieron ver completa, sin interpretarme y que no trataron de cambiarme sino que me ayudaron a ver aquellas herramientas que ya tenía en mí y que por décadas de condicionamiento no percibía.

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