No es posible afirmar que la palabra “condición” no tenga carga negativa o patologizadora mientras en el día a día no la usemos para otras maneras de experimentar el mundo.

Incluso he leído de madres y hasta profesionales comentarios profundamente capacitistas como: “DESAFORTUNADAMENTE es una condición, si fuera enfermedad ‘al menos’ tendríamos esperanza de que haya cura”.

Yo no quiero usar para mí esa palabra tan usada de maneras patológicas, eufemistas y capacitistas. Una palabra tan poco descriptiva y tan confusa no aporta a mi identidad…

Tampoco le veo sentido gastar mi energía en estar corrigiendo a la gente sobre lo que significa y lo que no, redefinirla, resignificarla o reapropiarla… Porque para mí es algo que nunca ha tenido un sentido definido, de orgullo o que me aporte.

Esto lo pienso mucho antes de acercarme al paradigma de la neurodiversidad.

Ver a mamás azules corrigiendo “no es transtorno, es condición” no se me hizo nunca muy diferente a “no se dice autista, se dice persona con autismo”… Son frases vacías que resuenan entre quien no lo vive, pero que en el fondo restan a la autodefensa…

Para ser sincera prefiero la reapropiación de “transtorno” como en el texto que enlazo… El trastornariado es una reapropiación que nace de quien ha vivido situaciones de opresión por su trastorno/neurodivergencia/locura/psiquiatrización y no de elucubraciones académicas externas o eufemismos para evitar palabras antiguamente satanizadas, sin acercarse o reconocer el valor para quien ha tejido comunidad a través de ellas.

¿Qué es el trastornariado?

PD. Revisando en mi blog antiguos textos, mis referencias a “condición” son desde la palabra “incondicionalidad”, desde el no condicionar lo que necesita una persona a un “buen comportamiento”. Históricamente para mí la palabra condición tiene mucha cercanía con el condicionamiento, la limitación y el control externo.