Debilita la lucha contra la opresión neuronormativa el centrarla en definir quién es neurodivergente desde unos criterios rígidos —con frecuencia cercanos al paradigma de la patología o el supremacismo— y contrarios al espíritu desde el que se acuñó la palabra “neurodivergente”.
Creo que dicho afán clasificatorio, que trabaja desde las dicotomías, que no tiene en cuenta matices y superposiciones, que separa a sujetos de opresión en lugar de unirles, fortalece la neuronorma en lugar de luchar contra ella.
No dejo de pensar en la frase de Audre Lorde: “Las herramientas del amo nunca derribarán la casa del amo”.
Me parece que están usando a la neurodivergencia como “club social” —dónde se reserva el derecho de admisión— en lugar de una herramienta contra la opresión neuronormativa.
Creo que estas actitudes también nos impiden ver el alcance y complejidad de un problema social con muchos más sujetos políticos de los que se reconocen actualmente.
¿Quizás ven la neurodivergencia como algo solamente identitario y no una herramienta de lucha?
¿Quizás les es difícil reconocer que no es nuestra “neurología”/”biología” la que nos oprime sino un sistema neuronormativo?
No sé si van viendo similitudes con situaciones donde ciertos grupos quieren limitar quién es el sujeto político de la lucha a lo “biológico”
Otras veces son actitudes de no considerar “neurodivergente” a quien, si bien es clara víctima de opresión neuronormativa, el sistema le considera “rehabilitable”.
¿Ven cómo se termina definiendo la neurodivergencia desde los valores del sistema cuando lo volvemos excluyente?

¿Quizás les es difícil reconocer que no es nuestra “neurología”/”biología” la que nos oprime sino un sistema neuronormativo?”]
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